LA MAGIA DEL CINE
- Sara Hidalgo
- 12 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Muchas veces nos ha ocurrido que alguien nos ha recomendado una película porque le ha parecido maravillosa, pero cuando la vemos nuestra opinión es muy diferente. Esa película que nos han recomendado no tiene ni punto de comparación con otras películas (del mismo género u otro) que consideramos verdaderas obras de arte. Pero, desde el punto de vista de un espectador inexperto, ¿qué es lo que hace que una película sea realmente buena?
El mundo del cine es un sistema demasiado complejo como para poder describirlo por completo en una sola página. Hacer una película es un proceso creativo que se lleva a cabo consiguiendo la perfecta organización de diferentes personas y grupos de personas entre los que encontramos a directores, guionistas, productores, actores, montadores, técnicos de luz y sonido, camarógrafos, etc. El cine es un proceso que engloba una gran cantidad de elementos y desde que surge la idea en la cabeza del guionista, hasta el momento en el que aparece en la gran pantalla, está sometida a tensiones relacionadas con el presupuesto, con los posibles imprevistos y con el cumplimiento del objetivo de la película.
El problema suele aparecer cuando la película que vamos a ver está basada en un libro. En este caso siempre habrá un lector frustrado que considerará que la película no es fiel a los hechos que relata el libro; que se queda demasiado corta. Ante esta declaración hay que dejar claro a ese espectador que un libro y una película, aunque puedan estar relacionados, son completamente diferentes. La película debe durar no más de X tiempo, por lo que el director debe escoger los personajes y momentos que se deben contar sin divagar, porque el tiempo es tan limitado como el presupuesto.
Cada película tiene un fin concreto; un objetivo que conseguir. Alrededor de esta idea, se construye todo lo demás: el guion, las actuaciones, la elección de planos… El objetivo final de una película, más allá de gustar a los espectadores y obtener beneficios, es crear una sensación determinada. Una película para que sea buena tiene que revolver algo en nuestro interior, su fin es lograr su cometido: hacer reír, hacer llorar, hacer reflexionar…
Una película es buena cuando consigue que los espectadores se sumerjan por completo en la gran pantalla. ¿Nunca te ha pasado que cuando estás viendo una película, te olvidas del tiempo? La historia que se está contando parece tan real que te ha absorbido por completo, y por un momento, dejas de pensar. Tan solo puedes centrarte en lo siguiente que el director decida mostrarte y estableces conexión única, aunque efímera, con un mundo inventado. Cuando una película consigue que al menos una persona se olvide de que fuera de la sala, el mundo sigue en marcha, entonces podremos decir que es una buena película. La magia del buen cine reside ahí, en la abstracción.
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